Cuando Tito nos anunció que ponía en marcha un concurso de postres, enseguida tuve claro que tenía que participar.
Según las bases del concurso tenía que ser algo que aún no hubiéramos publicado en el blog, y por mi cuenta busqué algo que no fuera complicado, ya sabéis "la cocina sin complicaciones".
Pensando y repensando que podía presentar a tal magna empresa en la que seguro que habría nivel, mucho nivel, y que lo mío no es la repostería, recordé un postre que había preparado hace algunos años para una cena árabe y que si bien no era difícil de elaborar si que era rico y satisfaría a los paladares más exigentes
En cuanto al tamaño de las fotos, que Juana y Finuca me sugerían que fueran de mayor tamaño, no he sabido aumentarlas, no se como, así que ayudadme, por favor.
La baklava son pequeños pastelitos preparados con hojaldre y rellenos de frutos secos que una vez horneados se rocían con un almíbar aromatizado con agua de azahar. Para esta ocasíón he elegido un relleno de nueces, aunque podéis hacerla de pistachos, avellanas, almendras....o una mezcla de varios.
NECESITAMOS:
- 2 placas de 250 gr. de hojaldre. Yo usé el de Lidl.
- 225 gr. de nueces ya peladas.
- 75 gr. de azúcar
- 1 cucharita de canela en polvo.
- 50 gr. de mantequilla.
Para el almíbar:
- 225 gr. de azúcar.
- 125 ml. de agua.
- El zumo de medio limón.
- 1 cucharada de agua de azahar.
LO HACEMOS:
Sacamos el hojaldre de la nevera y lo dejamos que se ponga a temperatura ambiente; precalentamos el horno a 180º.
Mientras, picamos finamente las nueces pero sin hacerlas polvo, deben quedar en trozos no muy grandes que percibamos al masticar. Una vez picadas las mezclamos en un bol con el azúcar y la canela en polvo.
Cuando el hojaldre esté preparado lo colocamos en la placa del horno bien con el papel que trae, en caso de usar el de Lidl o sobre un papel de horno, y repartimos la mezcla de las nueces y el azúcar de forma homogénea por encima de la masa. Tapamos con la otra placa y la presionamos con cuidado, sobre todo en los extremos para que sellen bien y no se salga el relleno.
Derretimos la mantequilla en el microondas, pintamos el hojaldre con ella y con la punta de un cuchillo lo marcamos con líneas diagonales que formen rombos en la masa.
Introducimos nuestro postre en el horno y lo dejamos hacer a 180º durante 25 minutos. Pasado este tiempo aumentamos la temperatura del horno a 200 º y seguimos horneando 10 minutos más. Si se nos quema el hojaldre lo tapamos con un trozo de papel de aluminio.
Mientras la baklava está en el horno preparamos el almíbar. En una cazo ponemos el agua y el azúcar a calentar y lo dejamos que hierva, en ese momento le añadimos el zumo de medio limón y una cucharada de agua de azahar y lo dejamos hervir 5 minutos más a fuego medio. Lo retiramos del fuego y dejamos que se enfríe.
Una vez horneada la baklava y ya frío el almíbar pintamos el hojaldre con él, consiguiendo un aspecto brillante y jugoso.
Por último, partimos el hojaldre, una vez frío, por las marcas que hemos hecho y lo llevamos a la mesa. Para la ocasión yo lo he acompañado con una mermelada de frambuesa cuyo punto de acidez contrastaba gratamente con el dulzor de la baklava.
Espero que este postre sea de vuestro agrado y del de el jurado....