Hace mucho tiempo que quiero publicar la receta de la masa que uso para preparar la pizza. No me acababa de decidir por que en mi casa las pizzas nunca son redondas, me salen con cualquier forma menos la redonda.
Preparar esta masa lleva tiempo ya que hay que hacer una masa madre y luego la masa, pero merece la pena. Después de muchos años de prepararla y de usar diferentes levaduras me quedo con la de Levital. Es esa que venden en el supermercado en porciones rectangulares pequeñas y envuelta en un papel amarillo. El paquete trae dos porciones y la segunda la congelo para otra ocasión; dejándola descongelar a temperatura ambiente, la masa sigue subiendo estupendamente.
La foto de la cabecera es una pizza de champiñones, cebolla, calabacín y jamón serrano y la que corona estas líneas es una pizza con forma de corazón, de bacón y jamón york, que preparé para el comienzo de catequesis del curso pasado.
NECESITAMOS:
- Una porción de levadura de Levital.
- Agua tibia.
- Medio kilo de harina y tres cucharadas más para la masa madre.
- Una cucharita de café de azúcar.
- Sal.
- Dos buenas manos y dos buenos brazos para amasar.
LO HACEMOS:
Lo primero preparamos la masa madre y para ello necesitamos un bol en el que ponemos la levadura desmenuzada, la cucharita de azúcar, las tres cucharadas de harina y cinco cucharadas de agua tibia.
Amasamos con la punta de los dedos hasta que se forme una bola. En ocasiones y dependiendo de la harina, la bola no acaba de hacerse, no importa.
Tapamos la masa madre con un trapo limpio y la dejamos reposar durante media hora en un lugar caliente y alejado de corrientes de aire.
Pasada la media hora salamos el medio kilo de harina y formamos con él un volcán en el que pondremos la masa madre y al que iremos añadiendo poco a poco agua mientras vamos amasando.
La cantidad de agua que se necesita varía mucho en relación a la harina que utilicemos. Hay que ir amasando y viendo si se necesita mas agua.
Al final debemos obtener una masa suave y elástica, que no se nos rompa al amasarla. Si vemos que se nos queda dura o se rompe es que le falta agua; debemos ir añadiendo poco a poco más cantidad. Si nos queda una masa sin cuerpo es que hemos añadido demasiada agua y le hace falta más harina, entonces vamos incorporando a nuestra masa poco a poco la harina que sea necesaria.
Dejamos reposar la masa tapada durante una hora en un lugar caliente y sin corrientes de aire. Pasado este tiempo nuestra masa habrá subido más o menos como la de la foto.
Sacamos la masa del bol donde ha reposado y la volvemos a amasar un rato para quitarle el aire y poder trabajar con ella.
Con medio kilo de harina a mi me salen tres pizzas del tamaño de la bandeja del horno. Antes de poner los ingredientes en la masa, unto ésta con aceite de oliva y voy colocando el tomate y el resto de ingredientes. En el caso de la pizza vegetal, la cebolla, el calabacín y los champiñones los puse ya hechos puesto que en mi horno se hace antes la masa que el resto.
Una vez tengáis vuestra pizza al gusto sólo queda el horno a 200º diez minutos y lista o hasta que la masa esté lista.