
Hay platos que dan mucha guerra a la hora de fotografiarlos y éste fue uno de ellos.
Por lo general yo cocino los sábados, tengo más tiempo y además esa noche mi marido cuelga el régimen por unas horas.
El principal problema es la luz, a esas horas de la tarde-noche en que ya está la cena preparada y los niños cenando, ya casi en la cama, es muy difícil hacer fotos. La luz artificial es escasa y muchas veces da peores resultados que si apagases la luz y encendieras una cerilla.
En fin, aquí lo probé todo. La "vitro" de fondo, la mesa de la cocina, la de la sala, y al final conseguí lo que veis en el mueble de la entrada. No es la maravilla de las maravillas pero algo es algo. De todas maneras os puedo asegurar que el plato está más rico que en la foto y no es difícil de preparar.
La receta está sacada del libro de cocina china de la colección del mundo, para ser más exactos del número 20.
Vamos allá.
NECESITAMOS:
- Cuatro pechugas de pollo.
- Una berenjena.
- Dos dientes de ajo.
- 80 cl. de caldo de ave.
- 2 cucharadas de vino de arroz (si no tengo pongo vino blanco).
- 1 cucharada de salsa de soja clara.
- 3 cucharadas de fécula de patata (suelo poner maizena).
- 1 huevo.
- Sal.
- Aceite vegetal (de girasol que soporta muy bien las temperaturas del wok).
LO HACEMOS:
Cortamos las pechugas en trozos no muy grandes y las ponemos a macerar en la nevera con el huevo batido y dos cucharadas de fécula de patata durante doce horas (dejadlas una noche).
Se fríen los trozos de pollo, en el wok o en una sartén, con mucho aceite bien caliente hasta que empiece a cambiar el color y se reservan sobre papel de cocina.
Pelamos la berenjena y la cortamos en trozos del tamaño del pollo. Al igual que éste la freímos en aceite abundante y la reservamos sobre papel de cocina.
En el wok o en una cazuela sofreímos los ajos picados y cuando comiencen a dorarse añadimos el pollo y las berenjenas, salpimentamos y regamos con el vino de arroz.
Seguidamente se agrega el caldo de ave y dejamos hervir unos dos minutos antes de incorporar el resto de la fécula de patata y, por último, la salsa de soja.
Se saltea todo unos minutos y se sirve.
Podéis acompañarlo con un arroz blanco con huevo, como el de los chinos.
Un plato exótico y bajo en calorías ...¿podéis pedir más?.