La cocina africana es todo un mosaico gastronómico en el que prácticamente cada ciudad y cada aldea disponen de sus propias recetas, en las que los platos aparecen condicionados en función de los alimentos disponibles y los condicionantes geográficos y climáticos.
Uno de los elementos comunes de la cocina africana es el plato único y la elaboración artesanal de las recetas. África es un continente donde el tiempo fluye, donde no se concibe la prisa y el ritmo frenético de nuestras vidas.
Para el pueblo africano la comida constituye un vínculo y por eso, a las visitas, parece ser que en la mayoría de las ocasiones son inesperadas, se les ofrece agua y algún plato sencillo que el visitante debe aceptar como muestra de gratitud.
En lugares que han sido colonia, como Ciudad de El Cabo, su gastronomía está marcada por los gustos de aquellos colonos, que pueden percibirse en platos como las "boerwors" (salchicas adobadas) holandesas, el cultivo de la vid, introducido por los franceses, o el arroz y el curry, los preferidos por los esclavos ingleses en tierras africanas.
Muestra de su influencia son estas patatas con curry y limón.
Tanto la receta como la información ofrecida se extraen del libro "Cocina africana paso a paso" de la colección Sabores del Mundo editada por el Diario de Navarra.
NECESITAMOS:
- 1 kg. de patatas.
- 1 cebolla.
- 1 diente de ajo.
-1 limón.
- Perejil.
- Agua.
- Aceite vegetal.
- 4 cucharaditas rasas de curry.
- 1 cucharada de tomate concentrado o 2 de tomate frito.
- Sal.
LO HACEMOS:
Picamos la cebolla, el ajo y el perejil finamente y lo reservamos.
Exprimimos el limón y reservamos su jugo.
Pelamos las patatas y las cortamos en dados de 2 ó 3 cm. Las colocamos en una cazuela y las cubrimos con agua; salamos y ponemos la cazuela al fuego.
Cuando el agua hierva bajamos el fuego a medio y dejamos hervir durante cinco minutos, o algo más según la patata. Las patatas no deben quedar demasiado cocidas para que no se nos rompan; estarán en su punto cuando al pincharlas notemos que aún están un poco duras.
Escurrimos las patatas y las dejamos enfriar.
Calentamos tres o cuatro cucharadas de aceite en una cazuela y añadimos la cebolla picada. Cuando ésta se dore añadimos el ajo picado y cocinamos aproximadamente un minuto. Pasado este tiempo incorporamos el curry lo movemos para mezclarlo bien y que no se nos queme; rápidamente añadimos el tomate, removemos y dejamos sofreír durante unos diez minutos (si usamos el tomate fritos con un minuto será suficiente).
Vertemos en el tomate el zumo de limón y añadimos el perejil, salamos y removemos para integrar los ingredientes.
Incorporamos las patatas y añadimos un poco de agua fría para cubrir la base de la cazuela. La razón por la que se pone poca agua es por que se trata de que las patatas tomen el sabor del guiso, no de que se cuezan, ya las cocimos con anterioridad.
Tapamos la cazuela y dejamos cocinar unos diez minutos a fuego muy suave. Comprobamos que las patatas ya están cocidas y retiramos del fuego.
Estas patatas pueden comerse solas, ya que por su sabor no necesitan ningún tipo de acompañamiento o junto a una carne o pescado a la plancha.