¿A quien le gustan las rosquillas? Aquellos que no estáis muy convencidos es por que no habéis probado las rosquillas de Ade. Qué no sabéis quien es Ade. Ade es una estupenda amiga y cocinera que comparte conmigo horas y horas de catequesis, eso si, sin desfallecer lo más mínimo.
Las rosquillas que veis en la foto son las que conseguimos salvar de la merienda de guitarra y las vestimos así de guapas para que os encandilaran a todos.
En la parroquia del Carmen, en el barrio de Montaña, en Santander, los niños pueden aprender a tocar la guitarra y a final de curso ofrecen un concierto para los padres y todo aquel que quiera acercarse a escucharles. Tras el esfuerzo y como no puede ser menos ¡¡¡MERIENDA!!! Lidia, la profe, es la que se encarga de avastecernos con todo tipo de viandas. Cada año los niños son más y algunas madres pensaron que estaría bien que aportáramos algo ya que éramos más los que íbamos a oír a los niños que éstos.
Ya sabéis donde me meto cuando estoy tantos días sin aparecer por vuestros blog y os digo que no tengo tiempo para nada.
NECESITAMOS: (para unas 50 rosquillas).
- Seis cucharadas de azúcar.
- Cuatro huevos.
- Doce cucharadas soperas de aceite de girasol.
- Dos cucharadas soperas de agua.
- Dos sobres de levadura.
- Anís al gusto.
- Harina, la que admita.
- Azúcar glas para adornar.
- Aceite de girasol para freír las rosquillas.
LO HACEMOS:
En un bol batimos el azúcar y los huevos hasta que aumenten de volumen. Añadimos el aceite, el agua, la levadura, el anís y mezclamos bien.
Incorporamos poco a poco la harina y mezclamos con una cuchara de madera. Cuando ya no podamos trabajar la masa en el bol con la cuchara la ponemos en la mesa y seguimos añadiendo la harina y trabajando la masa hasta que quede una masa suave y que no se nos pegue en las manos.
Damos forma a las rosquillas y las marcamos con un cuchillo de sierra.
Por último, las freímos en aceite de girasol que no esté muy caliente y las espolvoremos con azúcar glas.
¿Os animáis? Están estupendas.