Las zamburiñas son un plato que admite diversas preparaciones. En mi casa siempre triunfan con una picada de ajo y perejil, pero el otro día las puse gratinadas y les encantaron.
La receta de hoy salvo el número de zamburiñas y de langostinos no tiene cantidades precisas para elaborar la bechamel, ya que mi madre me enseñó a cocinarla "a ojo" fijándome en como queda de densa y suave la salsa.
NECESITAMOS
- 12 zamburiñas.
- 12 langostinos crudos.
- 2 dientes de ajo.
- Leche.
- Harina.
- Aceite.
- Sal.
- Queso rallado de sabor suave para no anular el de las zamburiñas y la bechamel.
LO HACEMOS
Separamos la carne de la zamburiña de su concha. Lavamos y secamos tanto la carne como la concha con cuidado.
Pelamos los langostinos y los partimos en trocitos.
Encendemos el horno con calor arriba para gratinar a 200 grados.
Salamos la carne de las zamburiñas y en una sartén ponemos a calentar un chorrito de aceite de oliva. Pasamos la carne de las zamburiñas un momento por el aceite, ya que se acabarán de hacer en el horno. Ponemos en un plato.
Al mismo aceite le añadimos un par de cucharadas de harina y movemos hasta que se tueste. Vamos añadiendo poco a poco la leche y removemos para que la bechamel vaya cogiendo cuerpo. Cuando veamos que la bechamel está casi hecha añadimos los trocitos de langostinos, salamos y seguimos removiendo la masa hasta que tenga cuerpo pero esté suave.
Montamos el plato.
En una bandeja que pueda ir al horno ponemos las concha de las zamburiñas cada una con su carne, cubrimos con la bechamel de langostinos y espolvoreamos con el queso.
Metemos la bandeja al horno y la dejamos hasta que el queso se haya deshecho y tostado un poquito.
Sacamos del horno y....a disfrutar.
