Desde hace catorce años las noches de los sábados en mi casa son especiales. Os preguntaréis por qué. Hace catorce años que nació Rodrigo y como vivíamos lejos de abuelos a quienes dejar el niño alguna vez para darnos un respiro decidimos hacerlo en casa.
A pesar de que ya hace casi ocho años que volvimos a casa y contamos con abuelos, el sábado sigue siendo nuestro día y yo preparo platos que mi marido ve en los libros de cocina. La única condición es que los ingredientes se puedan encontrar.
El hakkebof pertenece a la cocina escandinava, así que a la "o" hay que ponerle la línea que la cruza y que el ordenador no tiene.
La cocina escandinava es muy diferente a la mediterránea ya que está condicionada por el clima y la geografía del lugar. Si bien, en ella prima el pescado de excelente calidad, las horas de sol son escasas y los productos agrícolas se reducen a las hortalizas de invierno como la patata, la zanahoria, la coliflor y el brécol. Además la carne de reno es imprescindible en la cocina escandinava, junto a los panes, los productos lácteos, los frutos silvestres y los postres.
En el menú escandinavo destacan los platos de la cultura lapona, en el norte de Noruega, Suecia y Finlandia se prepara, sobre todo, el reno guisado con puré de patatas; en Finlandia hallamos algunas recetas de origen ruso y en Dinamarca quien marca la pauta es la cocina germana.
Los ingredientes del hakkebof son fáciles de conseguir: patatas, carne picada, nata...todos salvo la salsa kulor (con la "o" también atravesada) que le da color oscuro a la carne, yo no la encontré y el plato tiene la salsa blanca, pero aún así estaba riquísimo.
¿Estáis pensando que no conocéis nada de la gastronomía escandinava? Por supuesto que sí, esas galletas de mantequilla tan deliciosas, que se deshacen en la boca y de las que no podemos comer sólo una y al final acabamos con la caja.
La receta de hoy es del libro dedicado a Escandinavia (nº 30) de la colección cocinas del mundo que publicó el periódico El Mundo.
NECESITAMOS (para cuatro personas de buen diente):
- 800 gr. de carne picada de ternera.
- 4 cebollas.
- 12 patatas.
- 50 gr de remolacha (yo la usé de frasco).
- Lechuga.
- 250 ml. de nata.
- Margarina.
- Salsa kulor, aunque no es indispensable.
- Sal.
- Pimienta.
LO HACEMOS:
Hervimos las patas con su piel. Las dejamos templar las pelamos y las reservamos.
Cortamos la cebolla en rodajas y la reservamos.
Salamos la carne y preparamos los bistecs con cien gramos de carne y les damos forma redondeada y aplanada. Los freímos en la sartén durante unos minutos por cada lado.
En la sartén donde hemos preparado la carne, con un poco de margarina, pochamos la cebolla. Cuando ésta esté lista la reservamos y en la misma sartén preparamos con la nata una salsa que dejaremos reducir hasta que espese y a la que le añadiremos la salsa kulor, sal y pimienta al gusto.
Para montar el plato pondremos el bistec cubierto por la cebolla y la salsa y como acompañamiento las patatas y la lechuga. La remolacha se sirve aparte, pero a mí me parecía que le daba color al plato.