viernes, 29 de enero de 2010

PINCHOS CON QUESO




Esta entrada está dedicada a todos vosotros, a vuestros amigos y a las cenas que preparais para compartir con ellos.
Cuando salimos a tomar un vino me gusta ir a los bares donde te ofrecen un pincho, ya sabeis, de esos que son obsequio de la casa y que en algunos locales ya no son unas tristes aceitunas o unas patatas fritas de bolsa. En casa intento recordar qué llevaban los que más me han gustado para prepararlos cuando tenemos invitados a cenar o para darnos un homenaje Javi y yo.

Otras veces me "inspiro" en los libros de cocina dedicados a pinchos, canapés y aperitivos.

A mí me gusta hacerles pequeños, de bocado, que no te dejes nada y la mezcla de todos los sabores se pueda apreciar a la vez. Además no se a vosotros, pero a mí los pinchos grandes me resultan un poco incómodos, tienes que abrir la boca como un buzón de correos para poderles morder, además siempre se mueven, se te cae algo y al final, como no, te manchas y acabas con la incómoda sensación de que todo el que estaba en el bar se ha dado cuenta de tu torpeza. ¡ Qué le vamos a hacer !


De la gran variedad de pinchos que se pueden hacer me quedo con los de queso en cualquiera de sus tipos. Un trocito de queso siempre es una delicia, pero si lo acompañamos con un poco de mermelada, salmón o pimiento...¿no se os hace la boca agua?.
Empezamos.



PINCHOS DE QUESO


NECESITAMOS


En esta ocasión no voy a indicaros cantidades, ya que éstas dependerán de vuestro apetito o de las personas que vayais a sentar a la mesa. Si os sirve de referencia, yo para cuatro personas, normalmente dos parejas, preparo seis pinchos de cada tipo.

- pan de baguette, a ser posible del día anterior.
- queso blanco de untar, tipo Philadelphia.
- queso azul suave.
- rulo de cabra.
- mermelada de cebolla.
- miel.
- aceitunas negras.
- salmón ahumado.
- nueces.
- pimiento verde.


LO HACEMOS


Para comenzar preparamos el pan. Cortamos la baguette en láminas no muy gruesas, yo las suelo hacer de aproximadamente medio centímetro y lo tostamos en el horno o en el tostador.


Comenzaremos por los pinchos de queso de cabra y mermelada (los de la foto).
En una tostada de las que hicimos ponemos un trozo de queso de cabra. Para la ocasión compré un rulo pequeño y lo partí del mismo grosor del pan. Encima ponemos una cucharadita de mermelada de cebolla. La mermelada suaviza el sabor fuerte del queso dándole un toque dulce muy agradable al paladar.
La mermelada de cebolla la compro en una frutería de la calle Castilla que se llama la Zucca.
Los presentamos en el plato y listos para comer.

Pinchos de salmón ahumado (mis favoritos).
Para hacer estos pinchos necesitamos salmón, queso de untar blanco y miel.
Cojemos un trozo de salmón ahumado que una vez relleno podamos cerrar. En el medio del trozo ponemos una cucharadita de queso y sobre el queso un poco de miel. Hacemos un paquetito con el salmón y lo colocamos encima del pan. La miel suaviza la acidez del queso y el sabor característico del salmón creando un pincho de sabor delicado y duradero.

Los colocamos en el plato donde los vayamos a presentar.

Pinchos de queso azul y nueces.

Son muy fáciles de hacer y se pueden poner en cualquier ocasión.
Pelamos las nueces con cuidado para que no se rompan mucho, untamos generosamente el pan con el queso y después le poneis encima un trozo de nuez.
Ya están, así de fáciles y así de riiiiicos.
Pinchos de queso blanco y pimientos verdes.
En una sartén casi sin aceite asamos un pimiento verde y lo dejamos enfriar.
Mientras el pimiento se enfría untamos el pan con el queso blanco. Cortamos el pimiento en trozos más pequeños que el pan y los colocamos encima del queso.
La primera vez que probé este pincho me sorprendió, a mí no se me hubiese ocurrido nunca unir un pimiento verde con queso; es un estupendo maridaje y si os gustan los pimientos este bocado os agradará mucho.
Los servimos en un plato y a disfrutar.
Fácil , ¿no?.

Aceitunas negras con queso.
La gracia de este pincho se la da la mezcla del queso blanco con el azul, que suaviza su sabor característico al unirse al queso blanco, la aceituna le da color.
Cojemos las aceitunas las partimos a lo largo y las dejamos que pierdan el caldo que les sobra.
Mientras tanto mezclamos los quesos. Si el queso azul os resulta demasiado fuerte al paladar mezclar a partes iguales ambos quesos, si preferis los sabores más recios poned menos queso blanco.
Trabajad los quesos hasta que formen una crema que quedará azulada.
Una vez conseguida esta crema untadla generosamente en el pan y poned una aceituna encima.
Rico, rico.










































sábado, 23 de enero de 2010

TARTA NAVARRA



De Pamplona me traje varias cosas, a saber: dos hijos, siete años de matrimonio (este año serán el doble), mucha pena por dejar un pedazo de mi vida atrás, algún que otro libro de cocina y alguna receta entrañable, no por la receta en sí, si no por quien te la daba.

La tarta navarra pertenece a este grupo. Pili, la madre de una niña de la clase de mi hijo mayor y con quien hice buena amistad me dió la receta de una tarta que he hecho montones de veces y siempre con el mismo cariño.

Es una tarta que se hace con cuajadas. Las mejores cuajadas para hacerla son las de marca Dia que hacen una masa más compacta y en el horno cuaja mejor.

La mantequilla que vamos a usar necesitamos que esté en punto de pomada. Para aquellos que no lo sepais, se llama punto de pomada al que adquiren la mantequilla o la margarina al tenerlas fuera de la nevera y que hace más fácil el trabajar con ellas.

La tarta navarra la hago en un molde desmodable que tengo muy viejo de cuando era cría y empezaba a cocinar. Por lo general siempre se pegan un poco los bordes, pero me da mucha pena tirarlo. Me pasa con todas las cosas que tengo en la cocina y me han hecho buen servicio aunque sepa que ahora lo hay mejor y más rápido, como los moldes de silicona que compré para hacer muffins que son increíblemente buenos.

¿Estais preparados?.

¡ A COCINAR !


TARTA NAVARRA



NECESITAMOS

8 cuajadas, si es posible de marca Dia.

250 gr. de azúcar.

100 gr. de mantequilla a punto de pomada.

100 gr. de harina.

2 huevos.
1 cucharada de canela.

Para adornar:

azúcar glass, chocolate, mermelada, arándanos....



LO HACEMOS

Necesitamos un bol grande en el que podamos usar la batidora.
Precalentamos el horno a 200º.
En el bol batimos los huevos y el azúcar hasta formar una crema. Incorporamos las cuajadas y lo batimos todo. Se puede hacer a mano con un batidor pero queda mejor con el batidor de la batidora, las cuajadas no dejan grumos.

Cuando consigamos una pasta homogénea agregamos la harina poco a poco y la mezclamos con movimientos envolventes. Añadimos una cucharada de la mantequilla a punto de pomada y seguimos mezclando. Por último incorporamos la canela y volvemos a mezclar.

Untamos un molde con mantequilla, vertemos sobre él la pasta y lo horneamos a 200º durante 50 minutos. En mi horno suelen ser unos 15 minutos más.

Pinchamos para comprobar que ha cuajado. Dejamos enfriar y desmoldamos.

La decoración al gusto de cada uno.


ESTÁ RIQUIIIIIISIMA.















jueves, 21 de enero de 2010

EMPANADILLAS ORIENTALES



La primera vez que probamos estas empanadillas fue en un chino de Barañaín (Navarra). A mi marido le gustaron mucho y, como no, comenzó a pensar como podría hacérselas. La respuesta llegó un tiempo después con los libros de cocina que editó el periódico El Mundo, de los que ya os hablé. El número 20 está dedicado a la cocina china y trae entre sus páginas una estupenda receta de empanadillas.
En realidad los chinos llaman a estos bocados dim sum, pastas rellenas cocidas al vapor, salteadas o fritas, que ellos toman como tentempié acompañadas con una vinagreta de salsa de soja. Sus formas y rellenos son variados y ahora en algunos restaurantes chinos de Santander han comenzado a ofrecerlos en sus cartas, como es el caso de La Gran Muralla en la calle Vargas.
Una vez obtenida la receta me puse manos a la obra, los hijos crecieron, probaron el plato y hoy es el día en que los tres me lo piden, de uno en uno, pero sin pausa: "mamá ¿cuando haces empanadillas orientales?" , "hoy había de cena empanadillas orientales ¿no?....", y así muchos días muchas veces al día y al final una no puede negarse, las hace, pero en plan industrial, ya que no se conforman con tres o cuatro si no que al menos tengo que hacer unas setenta para que se queden a gusto.
Por último deciros que la cocina china no aplica la división en platos que hacemos nosotros: primero, segundo y postre, si no que en la mesa se ofrecen todas las viandas y cada cual se sirve a su gusto. Esta peculiaridad oriental supuso una dificultad a la hora de etiquetar el plato; después de mucho pensar y teniendo en cuenta que lo toman como tentempié opté por etiquetarlo como entrante.
Ahora nos ponemos el delantal de uno de los cocineros de un palacio imperial y.....
¡ A COCINAR !


EMPANADILLAS ORIENTALES

NECESITAMOS
Para el relleno:
- 125 gr. de carne de ternera picada.
- 75 gr. de calabacín.
- 50 gr. de cebolleta.
- 10gr. de jengibre ( le da un sabor muy especial que no gusta a todo el mundo. Se puede prescindir de él).
- Una cucharada de aceite de sésamo.
- Dos cucharadas de aceite vegetal (yo uso el de girasol).
- Sal (yo no le pongo).


Para la masa:
- 125ml de agua.
- 250 gr. de harina.


LO HACEMOS

Comenzamos preparando la pasta de las empanadillas.
En un bol ponemos los 125 ml de agua y la mitad de la harina y lo mezclamos hasta conseguir una pasta muy pegajosa que dejamos reposar durante una hora.
Pasada la hora añadimos el resto de la harina y trabajamos la pasta hasta que quede fina y manejable.
Para hacer el relleno picamos finamente el calabacín, la cebolleta y el jengibre (si decidís ponerlo). Mezclamos la carne, el calabacín, la cebolla, el jengibre, los aceites y la sal.
Yo preparo el relleno mientras reposa la pasta y lo guardo en la nevera para que se impregne de los sabores del jengibre y el aceite de sésamo.
Aunque en esta receta imagino que se pueda utilizar el aceite de oliva yo lo hago, por costumbre, con aceite de girasol ya que al cocinar con el wok el aceite de oliva no resiste la temperatura que alcanza éste y se quema, mientras que el de girasol o el de sésamo soportan temperaturas mucho más altas guardando todas sus propiedades
Formamos las empanadillas.
Una vez hecha la pasta tomamos trozos del tamaño de una nuez y con el rodillo la estiramos formando círculos que rellenamos con una cucharadita de la carne que tenemos preparada. Rellena la pasta la cerramos como una empanadilla tradicional o con forma de saco. A mí me gusta más esta última, me parece que les da un aspecto más oriental y son más fáciles de cojer con los palillos.
Yo pongo las empanadillas que voy haciendo en una tabla de madera enharinada previamente para que no se peguen.

Por último, cocemos las empanadillas.

En una cazuela baja y grande ponemos agua suficiente para que cubra las empanadillas y la calentamos. Cuando el agua empiece a hervir, con mucho cuidado metemos las empanadillas de una en una. Enseguida las empanadillas flotarán en el agua, añadimos un vaso de agua fría y esperamos que vuelva a hervir. En este momento con una espumadera y mucho cuidado sacamos las empanadillas del agua las dejamos escurrir (no las pongais en papel de cocina por que se pegarán) y las colocamos en el plato o bandeja donde las vayamos a servir.

En mi casa las acompañamos con salsa de soja.

¡A COMEEEEEER!


























































































viernes, 15 de enero de 2010

PIMIENTOS RELLENOS





Con los pimientos ocurre como con las croquetas, en cada familia existe una receta de la cual estamos orgullosos y va pasando de unas cocineras o cocineros a otros. En mi caso éstos son los pimientos que siempre ha guisado mi madre, salvo por un detalle, ella les pone aceitunas verdes en el relleno y yo jamón serrano muy picado.


Es un plato agradecido y muy celebrado en casa. La última vez que los hice fue el día de Nochebuena, pero no como parte de la cena si no para la comida. Me los pidió mi hija Verónica por su "cumple", ese día hacía nueve añazos. Tengo que decir que, solamente por la satisfacción de ver como se los comía -aderezados con patatas fritas-, mereció la pena pasar la mañana del día anterior rellenando pimientos.

¡A COCINAR!

NECESITAMOS

- Un bote de pimientos del piquillo enteros.

Para el relleno

- 250 gr. de carne picada mixta (de ternera y cerdo, queda más jugoso).

- 1 huevo.

- 3 lonchas de jamón serrano o 6 aceitunas verdes.

- 6-8 cucharadas soperas de tomate frito.

- Media cebolla.

- Aceite.

- Sal.

Para la salsa.

- 2-3 dientes de ajo.

- Un chorrito generoso de vino blanco.

- El caldo del bote de pimientos

- Una cucharada sopera de harina.

- Un vaso y medio de agua, de los de agua

- Aceite.

- Sal.

Para el rebozado.

- Harina.

- Un huevo.

- Aceite.

LO HACEMOS

Primero hacemos el relleno. Picamos media cebolla y la pochamos en una sartén a fuego suave con un chorrito de aceite. Cuando esté transparente incorporamos la carne y cuando ésta comience a dorarse le añadimos el jamón o las aceitunas (al gusto de cada uno) muy picados, le damos un par de vueltas en la sartén y añadimos el huevo. Mezclamos bien el huevo con la carne, el jamón o las aceitunas y añadimos el tomate frito. Volvemos a mezclar todo y dejamos que la carne acabe de hacerse a fuego suave. Corregimos de sal.

Cuando la carne esté templada rellenamos los pimiento con una cucharilla y mucho cuidado para que no se rompan. Debemos dejar un poco menos de un tercio del pimiento sin rellenar para que al rebozarlo podamos cerrarlo bien, no se salga el relleno y nos salte el aceite al freirlos.

Preparamos la salsa. Picamos los dientes de ajo en láminas. En una cazuela baja ponemos aceite y doramos los ajos con cuidado para que no se quemen. Cuando estén dorados añadimos la cucharada de harina y la movemos para que se tueste pero no se queme. Seguido incorporamos el vino blanco, dejamos que pierda el alcohol , y movemos la harina para que no se hagan grumos, después el caldo de los pimientos y volvemos a mover el caldo que estamos haciendo y por último el agua. Removemos bien el caldo y lo salamos un poco, ya que los pimientos, bien por el jamón bien por las aceitunas, tienen suficiente sal. Dejamos el caldo a fuego suave.

Rebozamos los pimientos. En una sartén ponemos aceite suficiente para freir los pimientos y lo calentamos. Mientras, pasamos los pimientos primero por harina y después por huevo batido. En este momento es cuando los sellamos para poderlos freir, los cerramos como si fuesen un sobre, metemos una parte de la boca del pimiento hacia adentro, que apoye sobre el relleno, y a la otra parte de la boca le ponemos un poquito de harina y huevo por dentro y lo cerramos. Pegará bien porque la parte que cierra también tiene harina y huevo y al cerrarlo resbalará un poco.

Freímos los pimientos y los incorporamos al caldo. Tapamos la cazuela dejando un poco abierto para que el guiso respire y la ponemos al fuego unos 20 minutos, moviendo la cazuela de vez en cuando como al pil pil para que los pimientos no se peguen y la salsa ligue.

¡ A COMEEEEEEER!



martes, 12 de enero de 2010

SORBETE DE LIMÓN





Poco antes de que acabasen las clases los miembros del AMPA del colegio organizamos una merienda "de traje" para los niños y para nosotros. Unos trajeron tortilla (imprescindible en cualquier evento), otros bizcocho, otros empanadillas, chocolate... y Esther llegó con este impresionante sorbete.

A mí me encantó, siempre me ha gustado mucho el cava, y la combinación de éste y el helado para mi gusto es deliciosa. Tanto es así que este año el colofón a la comida de Navidad fue, como no, un sorbete de limón.

La foto no es de ese día si no del viernes pasado. Vinieron unos amigos a cenar y se me ocurrió hacerlo. La cena era contundente y como digestivo me pareció muy apropiado.

Si podeis acercaros a un Mercadona a comprar el sorbete, no lo dudeis, tiene trocitos de limón y le da un toque especial que no se consigue con los de otras marcas.



SORBETE DE LIMÓN

NECESITAMOS


-Un litro de sorbete de limón.


- Tres cuartas partes de una botella de cava semiseco.


Para el adorno.


- Un limón.


- Azúcar.


- Colorante alimentario del color que nos guste o zumo de limón.



LO HACEMOS


Lo primero que preparamos es el adorno de la copa. Para ello ponemos un poco de azúcar en un plato, le añadimos un poco de colorante y lo mezclamos hasta que tome color todo el azúcar. No es conveniente utilizar mucho colorante por que el azúcar se deshace y luego mancha la copa. Una vez lograda la mezcla partimos un trozo de limón y lo pasamos por el borde de la copa humedeciéndolo. Después introducimos el borde de la copa en el azúcar. El azúcar se pegará a la copa. Si vemos que no se adorna todo el borde empujamos el azúcar con el dedo y acabamos de adornarlo.


Si no queremos usar colorante alimentario podemos sustituirlo por un poco de zumo de limón y seguir los pasos anteriores.


Una vez adornada la copa hacemos el sorbete que debe tomarse recién hecho.


En un bol grande ponemos las tres cuartas partes de la botella de cava y el helado de sorbete. Lo batimos bien con la batidora para que se integren. Una vez hecho ésto y para evitar que estropee el adorno de la copa y se derrame al servirlo, lo pongo en un vaso medidor de los que tienen pico.


Lo servimos rápidamente en la copa, la pajita, un trocito de limón como adorno y servimos.


¿Os gusta? Ya me contareis.

sábado, 9 de enero de 2010

GALLETAS DE AVENA



En casa no somos muy aficionados a los dulces, pero de vez en cuando si que nos gusta darnos un homenaje.
Los dulces favoritos de mis hijos son el bizcocho de yogurt de toda la vida, otro bizcocho de chocolate que se hace al microondas, las galletas de mantequilla y sobre todo estas galletas de avena fáciles de hacer y a las que se les pueden dar diferentes sabores añadiendo a la masa chocolate, naranja, o coco .
Aunque lo mejor de estas galletas es el olor que dejan en toda la casa, a cereales tostados con azúcar, un aroma dulce pero nada empalagoso.
Las de la foto las hice a primeros de diciembre. Las del centro de la bandeja son sin ningún sabor, tal cual, sólo con la avena, para la niña y mi marido. Las que las rodean, más oscuras, son con chocolate, para el niño.
La cantidad que viene a salir para la receta que os propongo son una 30-35 galletas, dependiendo del tamaño de la cuchara.
¿Os animais a encender el horno?


GALLETAS DE AVENA

NECESITAMOS

150gr. de mantequilla.
Un vaso y medio de los de agua de copos de avena.
1 vaso de agua de los de azúcar (yo pongo tres cuartos del vaso).
2 huevos batidos.
2 cucharadas rasas de harina (se puede poner integral).
Media cucharita de las de postre, las mías son pequeñas, de levadura.


LOS HACEMOS

Para esta receta debemos añadir los ingredientes en el orden en que están, es decir, primero la mantequilla, luego los copos de avena...etc.
Mientras preparamos la masa precalentamos el horno a 190º.
Lo primero que hacemos es fundir la mantequilla y colocarla en el bol donde vayamos a hacer la masa y después añadir el resto de los ingredientes.
Una nota para los copos de avena. La primera vez que hice estas galletas añadí los copos tal cual, sin pasarlos por la picadora, las galletas de sabor quedaron muy ricas, pero de presencia muy feas; ahora siempre pico los copos de avena hasta que se quedan como una harina, consiguiendo un sabor y una presencia extraordinarios.
Una vez hecha la masa cubrimos la bandeja del horno con un papel para el horno y sobre él vamos poniendo montoncitos de masa con una cucharilla de postre. Debemos dejar una distancia entre montoncito y montoncito ya que al hornearles crecen y se pegan unas con otras.
Las metemos al horno unos diez minutos y las vigilamos, se queman enseguida. Las galletas estarán hechas y crujientes cuando estén bien doradas y el borde bastante oscurito.
En mi casa no llegan al día siguiente, y ¿en la vuestra?.

sábado, 2 de enero de 2010

PATACONES COLOMBIANOS






Este verano fuimos a comer a casa de unos amigos, ella es colombiana y nos preparó una selección de la comida típica de allí.
Entre todos los platos con que nos sorprendió los que más llamaron mi atención fueron estos patacones y unas riquísimas arepas, además comimos yuca, muy rica, unas alubias pintas con unas salchichas muy estrechas, patatas y arroz que acompañaba el plato, una comida de lujo coronada por unas brebas en almibar que es un postre típico de su tierra.
Los patacones son un plato que no resulta difícil de hacer y de resultados espectaculares. Su secreto, como ocurre casi siempre, está en las salsas que los acompañan.
¡A COCINAR!
PATACONES COLOMBIANOS
NECESITAMOS
Para los plátanos
- Un plátano macho por persona
- Aceite de girasol
Para la salsa de pollo
- 2 muslos de pollo cocidos
- 3 cucharadas de mayonesa
- 1 cucharada y media de kepchup
- Un chorrito de vino blanco
Para la salsa de pimientos
- Un pimiento rojo, si es grande medio
- Una cebolla, si es grande media
- Aceite de oliva
Para el guacamole
- 2 aguacates maduros
- medio tomate
- un cuarto de pimiento rojo
- media cebolla pequeña
- cilantro
- una pizca de comino
- un chorrito de zumo de limón
- un chorrito de vinagre
- unas gotas de tabasco o un poquito de cayena en polvo si se quiere picante
LO HACEMOS
Pelamos los plátanos y los cortamos en círculos del grosor de un dedo. Calentamos abundante aceite de girasol en una sartén y los freímos.
Cuando empiecen a dorarse los sacamos de la sartén, los ponemos sobre una tabla y los machacamos. Me explicaré, machacar los plátanos consiste en aplastarlos, para ello, yo uso una jarra de cerveza que pesa, con ella les doy un golpe y luego la giro un cuarto de vuelta, con esto los plátanos quedan redondeados y aplastados.
Realizada esta operación los volvemos a poner en la sartén y los acabamos de freir. Una vez fritos los dejamos en papel de cocina para que sueltan la grasa.
Preparamos las salsas.
La salsa de pollo:
Desmenuzamos los muslos de pollo y los dejamos esperando.
En un bol pequeño ponemos la mayonesa, el kepchut y un chorrito de vino blanco, al gusto. lo mezclamos todo y hacemos la salsa rosa, la probamos y si está a nuestro gusto la echamos encima del pollo y lo mezclamos todo. Una vez terminada la colocamos en la salsera donde la vayamos a presentar.
La salsa de pimiento:
Picamos finamente el pimiento y la cebolla y los ponemos a pochar en una sartén con un chorrito de aceite. Una vez pochado lo servimos en la salsera que sacaremos a la mesa.
El guacamole:
Existen diversas formas de preparar el guacamole, la más rápida y socorrida en la del sobre de guacamole y seguir las instrucciones que éste da, pero si nos queremos lucir mejor prepararlo nosotros.
Picamos muy menudo el tomate, la cebolla, el pimiento y el cilantro. Machacamos en un bol los aguacates con un tenedor hasta obtener una pasta suave, si se queda muy compacto yo suelo añadirle un poquito de agua para que la aligere. Unimos el aguacate con las hortalizas que hemos picado y lo mezclamos cuidadosamente; después añadimos al gusto un chorrito de zumo de limón para que no se oxide el aguacate, un chorrito de vinagre, la pizca de comino y si nos gusta picante el tabasco o la cayena y lo incorporamos con cuidado al aguacate y las hortalizas.
Por último lo dejamos en la nevera al menos una hora para que el aguacate integre los diferentes sabores.
Servimos en una bandeja los plátamos junto con las salsas y nos disponemos a probar sabores sirviendo en cada plátano una de las salsas.
¡ A COMEEEEEEER !