miércoles, 26 de mayo de 2010

PISTO CON BACALAO



El pisto es uno de esos platos de toda la vida, al que en cada casa se le da ese toque familiar que siempre buscamos y recordamos. El que cuando lo prepara nuestra madre nos evoca recuerdos de la infancia.
En mi caso el pisto que he preparado es una mezcla del de mi madre y el de mi suegra.
Mi suegro siempre ha sido un loco del bacalao y para darle gusto se lo incorporaba al pisto y luego hacía con él empanadillas.
El romper el sabor suave de las verduras con ese toque recio que le da el bacalao siempre me ha parecido un acierto, ya que no sólo le cambia el sabor si no también el aroma, es comer un plato de siempre renovado.
Evidentemente yo no preparo empanadillas con el pisto, me gusta comerlo en el plato y añadirle un huevo al guiso para que espese, pero un día de los que andaba cotilleando en otros blogs vi la presentación de María José con las tortillitas francesas y me gustó; en vez de incorporar el huevo al guiso ponerlo como adorno. Y ese es el pisto que veis en la foto, un híbrido entre el de mi casa, el de mi suegra y el de María José.
Espero que os guste.
NECESITAMOS
- 200 gr. de bacalao salado.
- Una cebolla.
- Dos calabacines, tres si son pequeños.
- Cuatro o cinco tomates.
- Medio pimiento rojo (optativo).
- Dos pimientos verdes medianos.
- Dos huevos.
- Aceite.
- Una guindilla de cayena (optativo).
- Una cucharada de azúcar.
- Sal.
LO HACEMOS
Desalamos el bacalao al menos 24 horas antes de guisarlo cambiando el agua varias veces. Yo lo meto en la nevera para desalarlo.
Picamos todas las hortalizas en dados, salvo la cebolla que la picaremos todo lo fina que podamos.
En una sartén grande ponemos unas cinco cucharadas de aceite, la cayena partida y la cebolla. Vamos pochando poco a poco la cebolla. Cuando esté a medio hacer le añadimos los pimientos, dejamos que se hagan un poco e incorporamos los calabacines.
Dejamos hacer unos cinco minutos y añadimos el tomate y la cucharada de azúcar para evitar que se nos quede el pisto amargo. Tapamos y dejamos que se haga a fuego lento.
Cuando queden unos cinco minutos para que las hortalizas estén a vuestro gusto, a mí no me gustan muy cocidas, añadimos el bacalao y dejamos que de un hervor con las verduras para que el sabor del bacalao se incorpore al del pisto.
Reservamos.
Aparte batimos los huevos y en una sartén pequeña antiadherente hacemos dos tortillas francesas y dejamos que se enfrien para poder partirlas. Se harán tantas tortillas como platos queramos montar.
Para montar el plato: con un aro de emplatar cortamos las tortillas. El círculo que nos sale lo usaremos para ponerlo arriba, y los recortes de la tortilla nos servirán para hacer el primer piso, ya que al ir tapados por el pisto no se van a ver.
Con el mismo aro que hemos utilizado para cortar las tortillas montamos el plato. Primero ponemos una capa del grosor que más os guste de pisto. Encima los recortes de la tortilla para que nos rompan la textura de las hortalizas. Sobre la tortilla otra capa de pisto y por último lo coronamos con el círculo de tortilla completo. Sobre él podemos poner un poquito de pisto para adornar.
No es muy complicado ¿verdad?...

lunes, 17 de mayo de 2010

TARTA DE COMUNIÓN



El sábado pasado hizo mi hija la comunión. Fue un día lleno de ilusión, alegría y como no nervios. De los últimos creo que eran peores los de la madre que los de la hija, pues después de la misa veníamos todos a cenar a casa y todo tenía que ser perfecto y estar en su sitio... y por supuesto la cena también.
De todo lo que cociné, que no fue poco, la única foto que saqué es la que veis, la tarta. Y es que me hacía muchísima ilusión hacer esta foto con la rosa que regalan los niños a las madres, me parecía que iba a quedar muy bonita sobre el glaseado blanco.
Técnicamente este postre no es una tarta si no un gran emparedado. En mi tierra se llama emparedado a un pastel de hojaldre relleno con crema pastelera y glaseado por encima.
No se tarda mucho en hacer y es fácil de montar. Si os animáis no os arrepentiréis del rato que habéis pasado en la cocina y sentiréis la gran satisfacción de haber hecho ese pastel tan rico que venden en las confiterías.
La receta como podéis imaginar no es mía, la tomé del blog de María José de su receta de emparedados aunque yo le modifiqué las cantidades de la crema pastelera por que necesité más.
Por cierto, sobró de todo menos tarta. Bueno, sobró un trocito que desayunaron mis hijos al día siguiente.
¿Empezamos...?
NECESITAMOS
Para el hojaldre
- Dos placas de hojaldre fresco del de Lidt. Es el más rico que he probado.
Para la crema pastelera
- Cuatro yemas y media de huevo.
- 150 gr. de azúcar.
- 75 gr. de maizena.
- 750 ml de leche.
- Cucharadita y media de azúcar vainillado.
- La piel de un limón y media de otro sin la parte blanca.
- 45 gr. de mantequilla.
Para el glaseado
- 100 gr. de azúcar glas.
- media clara de huevo.
LO HACEMOS
El hojaldre
Estiramos los rollos de hojaldre y dividimos cada uno en dos. Precalentamos el horno a 220º como dicen las instrucciones del hojaldre. Ponemos dos trozos de hojaldre sobre un papel de horno, vale el que trae el hojaldre, lo pinchamos para que no sube y lo tapamos con otro papel. Al meterlo en el horno ponemos encima de la bandeja del hojaldre otra bandeja de horno para evitar que suba y quede plano. Lo tenemos en el horno entre 15 y 20 minutos, o hasta que esté dorado. Hay que tener mucho cuidado por que se quema rápidamente.
Repetimos la misma operación con los otros dos trozos de hojaldre.
Una vez hechos reservamos los cuatro trozos.
La crema pastelera
Ponemos en un cazo toda la leche salvo un vaso que reservamos. Hervimos la leche del cazo con la piel del limón, el azúcar,y el azúcar vainillado.
A la leche del vaso le agregamos las yemas de huevo, la maizena y lo batimos.
Cuando hierva la leche retiramos la piel del limón, esperamos a que se temple y una vez que reduzca la temperatura añadimos poco a poco la mezcla de la leche con el huevo y la maizena.
Calentamos la leche a fuego suave y vamos removiéndola con una cuchara de madera evitando que hierva. La mezcla tarde un poco en espesar. Cuando tenga la textura deseada le añadimos la mantequilla y seguimos moviéndola hasta que se deshaga. Retiramos del fuego, dejamos que temple y la metemos en una manga pastelera.
El glaseado
Batir en un cuenco un poco grande la clara del huevo e ir añadiendo poco a poco el azúcar glas y seguir batiendo hasta que obtengamos un glaseado fuerte, denso y espeso, con el que cubriremos la totalidad de la superficie de la tarta.
Para montar la tarta seguí escrupulosamente las instrucciones de María José, sobre todo para la capa de arriba, la del glaseado.
Empezamos por la capa de arriba extendiendo el glaseado por toda la superficie con mucho cuidado de que no se salga por los lados y lo ensucie todo. Yo ponía montoncitos y con un cuchillo plano y mucho cuidado los iba extendiendo.
Tomamos un rectángulo de hojaldre como base y ponemos sobre él la crema pastelera, con cuidado para que cuando lo cubramos con otra capa de hojaldre no rebose por los lados. Ponemos otra capa de hojaldre y repetimos la operación. Y así sucesivamente hasta que se acaben.
Sobre la crema pastelera de la última capa ponemos el hojaldre con el azúcar glas que ya habrá secado.
Ya tenemos nuestra tarta hecha y podemos disfrutar de ella.

jueves, 13 de mayo de 2010

ACELGAS CON JAMÓN






Muchos estaréis pensando, ¡qué asco acelgas!, y he de confesar que yo también lo pensé durante mucho tiempo hasta que un día me decidí. Las vi muy baratitas en una frutería, a 19 céntimos el manojo, y las compré, ¿pero como guisarlas?.

Aquí es cuando todos pensáis ¡pues cocidas y con un refrito de ajos!, pero comer siempre las verduras con un refrito es muy triste. Así que me fui a un libro que compramos en Navarra, Nuestras verduras de Francisco Abad , vi esta forma de aderezar las acelgas y la puse en práctica.

Parece mentira como una salsa de tomate y un poco de jamón puedan hacer una plato tan exquisito, por que aunque os parezca mentira el tomate y el jamón les dan el sabor justo para enriquecer el plato y no encubrir el de la acelga ni la textura de sus pencas.

NECESITAMOS:

- 800 gr. de acelgas.

- 3 patatas medianas.

- salsa de tomate casera.

- 150 de jamón serrano.

- un diente de ajo.

- aceite.

- agua.

- sal.

LO HACEMOS:

Limpiamos y troceamos las acelgas y sus pencas. Pelamos las patatas y las troceamos. Ponemos las patatas, las pencas y las acelgas en una cazuela con agua (no demasiada)y sal y las cocemos.

Una vez cocidas las escurrimos bien y las volvemos a poner en la cazuela.

En una sartén calentamos aceite y le añadimos el diente de ajo pelado y dejamos que se dore, una vez dorado lo añadimos a las verduras cocidas y le damos unas vueltas para que cojan sabor. A continuación agregamos la salsa de tomate y dejamos que el conjunto de un hervor.

A parte picamos el jamón en virutas y lo pasamos por una sartén muy caliente y sin aceite para que se haga con su propia grasa. Cuando el jamón esté hecho lo sacamos de la sartén.

Servimos las acelgas en un plato y las adornamos con el jamón.

Fácil ¿verdad?. Seguro que os animáis a comer acelgas.

Hasta la próxima.

jueves, 6 de mayo de 2010

YOGUR GRIEGO


Tengo que confesar que la última entrada del blog de María José (pasen y degusten) me puso los dientes largos. Todos esos postres fáciles de hacer y tan ricos, con lo poco que yo hago postres y cuando es así me complico la vida con el horno y toda suerte de cacharros culinarios.
Pensando me acordé que hace unos meses vinieron unos amigos a cenar y les preparé una cena griega. Como siempre el problema fue el postre. Este verano preparé un bizcocho griego hipercalórico y con, nada más y nada menos que 35 gr. de canela(como no sabía que iba a tener un blog no le hice foto, ¡me cachis!).
La cena era contundente unos entrantes griegos, una ensalada, una buena musaka, y un bizcocho, quién pegaba ojo esa noche.
Fui a los recetarios de comida griega y no me convencía ningún postre, o no tenía los ingredientes, o eran demasiado contundentes, o requerían un tiempo del que ya no disponía.
Dentro de las posibilidades entraba el yogur griego, pero demasiado complicado de hacer y por lo menos necesitaba un día entero para reposar.
Como todo tiene remedio se me encendió la bombilla...¿y si compro los yogures y monto el postre directamente?.
Dicho y hecho, y aquí tenéis el resultado fácil y delicioso.
Adelante...
NECESITAMOS:
- Un yogur griego sin azúcar por persona.
- 3 ó 4 nueces por persona.
- La miel que más os guste.
LO HACEMOS:
Buscamos una copa bonita donde verter cada yogur, lo removemos para que quede cremoso.
Pelamos las nueces y las ponemos artísticamente encima del yogur. Por último echad miel al gusto por encima de las nueces y el yogur.
Ya está listo ¿Os ha gustado? . ¡A que sí!. Bueno, pues ya podeís cerrar la boca e ir corriendo a comprar un yogur griego a la tienda más cercana y ...a disfrutar.