miércoles, 14 de agosto de 2024

DE ROSA



No es la primera vez que hablo en el blog de Ana, la novia de mi hijo, para contaros alguna receta que hemos elaborado juntas. Pero hoy es diferente.
Hace unos meses una compañera de clase, de cuando estudió Panadería y Repostería en el instituto Peñacastillo, le comentó que iba a abrir un horno artesano con cafetería y que le gustaría que trabajase en el proyecto. A Ana esto le hizo mucha ilusión porque si hay algo que le gusta de su trabajo es el experimentar y crear cosas nuevas, jugar con las recetas para mejorarlas o simplemente darles un toque personal.

El 25 de julio, en el pueblecito de Liencres a unos diez kilómetros de Santander (Cantabria), su compañera Rosa abrió ese horno artesano en el que ha puesto toda su entusiasmo. Así que el día de Santiago fuimos a la inauguración y allí conocimos a Rosa, su marido y sus hijos, todos muy implicados en este proyecto que a Rosa le hace tan feliz. El lugar en el que se ubican la cafetería y el horno artesano es el antiguo Bar Eloy, cuyo local pertenece a la familia y tiene una excelente terraza donde sentarse a degustar los estupendos productos que salen del horno y a tomar un café, de esos con aroma y cuerpo, que se huele desde la calle. 

Lo cierto es que el día de la inauguración, debido a la gran afluencia de gente, poco se pudo disfrutar del local y de lo que éste ofrecía; probamos una napolitana rellena de chocolate  que la verdad estaba muy rica, con un hojaldre delicado y abundante chocolate de relleno. No sólo realizan productos de repostería sino también panes y empanadas, estas últimas con diferentes rellenos: bonito con tomate, cebolla caramelizada con queso de cabra y de las famosas albóndigas del Bar Eloy, que elabora la misma cocinera que tenían en el bar.




En el collage podéis ver el interior de la cafetería con todos los productos que elaboran. Las pastas son muy finas y de sabor intenso, las napolitanas, a las que ya he hecho referencia, deliciosas, los panes, con miga, para poder disfrutar de las salsas y que además se mantienen sin endurecerse ni revenirse, no sólo el día del horneado, sino también el siguiente, lo cual es mucho mérito con la humedad que hay en Santander. 





El otro día estuvimos con más tranquilidad mi marido y yo y sentados en la terraza pudimos disfrutar no sólo de la estupenda mañana que hacía, sino también de esta riquísima empanada de albóndigas, su masa que no se rompe cuando partes un trocito  y  permite gracias a su ligereza y finura saborear el relleno que no se pierde en la masa como pasa en numerosas ocasiones.





Al igual que la empanada, el hojaldre del croissant es ligero, con sabor a mantequilla y no se desmiga cuando lo cortas para comerlo. Estaba delicioso.

Así que si tenéis un rato, algo que celebrar o simplemente queréis paladear algo rico y hecho con mucho amor, acercaos donde Rosa y catad aquello que más os llame la atención. Dicen que la tarta de queso está riquísima, habrá que probarla.




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