sábado, 24 de abril de 2010

FIESTA SOLIDARIA



El sábado pasado fuí de fiesta y lo pasamos estupendamente, jugamos, hicimos nuevos amigos y tuvimos una merienda riquísima.




Hace un año los chicos de quinto y sexto de primaria de mi parroquia, Nuestra Señora del Carmen, del barrio de Montaña en Santander pensaron que sería una buena idea hacer algo por los demás, sobre todo por los niños.
Tanto a Jesús, nuestro párroco, como a sus catequistas y monitores les pareció una idea estupenda y se pusieron manos a la obra.

Pensaron y pensaron qué podían hacer y se les ocurrió apadrinar un niño. Desde luego la idea era excelente y muy valiosa dentro de un grupo de niños de 10 y 11 años, ya que en los tiempos que corremos, en los que vivimos con tanta prisa no somos capaces de acordarnos del de al lado y ellos pensaban ni más ni menos que embarcarse en tan ardua tarea.



Ya tenían la idea pero ahora se les planteaba el gran problema ¿de dónde sacamos 365 euros para apadrinar a un niño?.
Lo cierto es que tenían todo un problemón. Se podía ir a casa y pedir dinero a padres, abuelos, tios... pero entonces no lo habrían conseguido ellos, si no sus familias; así que ya estábamos donde empezamos, con idea pero sin fondos.



Imagino que debieron de pasar todo tipo de ideas por sus cabezas, desde las más realistas a las más inverosímiles, para eso son niños, pero al final ¡¡¡EUREKA!!!, ¡haremos una fiesta con merienda y cobraremos la entrada!.




A todos les pareció estupendo y comenzaron a preparar el gran acontecimiento.

Jesús puso la iglesia y los locales, la mesa de pin pon, el futbolín y otras muchas cosas.
Los monitores, no sólo los de quinto y sexto, pusieron mucho trabajo, entusiasmo y el apoyo que necesitaban los niños. En nuestra parroquia hay un nutrido grupo de jóvenes entre 17 y 20 años que animan a los chicos la catequesis a partir de quinto de primaria, van con ellos a los campamentos, tocan la guitarra y cantan en el coro con los niños y tienen paciencia infinita. Desde aquí darles las gracias a Ana, Antonio, Diego, Eduardo, Iván, Javi, Juan Carlos, María y las Paulas, Saiz y Valverde, que pese a su juventud son capaces de alternar sus vidas y sus estudios con nuestros hijos y salir airosos de ambos retos.
Las catequistas hablaron con las madres de los niños, nos contaron la idea y pidieron nuestra ayuda. Existían dos opciones en cuanto a la merienda, una el comprarlo ellos y luego descontarlo del dinero que sacaran y otra que entre todas hiciésemos la merienda y así les quedara a lo chicos todo el beneficio, no tiene ni que decirse que elegimos la segunda.

Al final todos acabamos trabajando duro.

La fiesta fue un éxito, se abrió una fila cero para que los que no pudiesen ir hicieran su aportación y los chicos consiguieron apadrinar un niño.




Este año la experiencia se ha repetido. Fuimos de fiesta por los demás, trabajamos mucho, lo pasamos estupendamente, el karaoke, la mesa de pin pon, el futbolín y la carrera de chapas cautivaron a grandes y pequeños, así como los talleres y los juegos que se hicieron en la calle en los que participaron todos.


Casi se ha conseguido el dinero para apadrinar otro niño.

¿Qué maquinarán para conseguir el dinero que les falta?... No lo sé, de ellos podemos esperar cualquier idea, pero sea cual sea les apoyaremos con todo el cariño.

Mi aportación para ese día fueron las galletas que veís y una empanada de queso y bacon.

La semana que viene os digo como las hice.
Besos a todos.


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